Más de 6 millones de parados en España.

Hoy en un día triste para este blog y para mí. Se han anunciado nuevos datos del paro en España y superamos ya los 6 millones de personas.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/tasa-del-paro-espana-alcanza-2716/1787488/

La situación es desbordante y sobrecogedora. Lo siento, pero hoy no tengo palabras optimistas para todas las personas que, como yo, están desempleadas.

Hoy mismo un amigo me ha contado que está pensando en irse del país. Yo le estoy dando vueltas a la posibilidad de poner en marcha algún negocio que pueda ayudarme a sentirme útil y con el que poder sobrevivir…

Estas son algunas de las opciones que nos quedan… Pero, ¿es necesario? ¿De verdad que personas formadas y trabajadoras no tienen la opción de ser contratadas en ninguna empresa del país? ¡Qué tenemos mucho que aportar! ¡Tenemos ideas! ¡Tenemos ganas! ¿Vais a dejarnos escapar?

Mucho ánimo a los nuevos parados, y a los antiguos también, qué narices…

Inem

AS lost in translation…

Símbolos ininteligles. Personas con mascarillas tapando nariz y boca. En general son más bajitos y delgados. Andan rápido pero con un paso extraño. En las escaleras mecánicas se sitúan al revés: a la izquierda si no tienes prisa, y a la derecha se deja hueco para los que quieren avanzar más rápido. La comunicación es complicada: no hablan apenas inglés y por supuesto nada de español. Pero se hacen entender con gestos bruscos y a la vez simpáticos. Son discretos y educados, pero nos observan: para ellos somos diferentes, hablamos de una manera «sexy» y tenemos rasgos exóticos.

Metro de Tokio en hora punta.

Para el que no lo sepa todavía mi nueva parada ha sido ni más ni menos que Japón. Sí, el país nipón ha sido el lugar donde una gran cantidad de aventuras y anécdotas han conseguido que durante diez días olvidara mi rutina diaria. Fui de turismo, aprovechando que estoy desempleada, viajando fuera de temporada y utilizando mis pequeños ahorros para darme un gran placer: viajar. Y ha sido la mejor inversión del mundo…

Tokio

Ha sido mi primera experiencia visitando una cultura tan radicalmente distinta a la occidental y me ha sorprendido gratamente. En principio el choque cultural es inevitable, pero en ningún momento me he sentido incómoda en Japón. Todo lo contrario. Si me he sentido diferente en algún momento ha sido para bien: los japoneses te dan la bienvenida con una grata sonrisa y una pequeña reverencia solo con que te acerques a pedir la hora; miran con admiración a los turistas; hacen lo posible por ayudarte y hacerse entender; te ofrecen todo lo que tienen: su tiempo, su hogar e incluso su comida. Una señora nos invitó a su casa y nos dio de comer el día que llegamos porque le preguntamos por un restaurante y nos dijo que en el barrio no había ninguno. «Acabáis de llegar a Tokio. No puedo dejar que os llevéis una mala impresión de mi ciudad. ¡Me siento responsable!», nos dijo Kuniko en un perfecto inglés-americano (raro entre la población japonesa que normalmente no hablan mucho inglés).

Y como esta anécdota, que nos sirvió de bienvenida a Tokio, podríamos contar muchísimas más.

Los contrastes paisajísticos son brutales: igual estábamos en una gran urbe como Tokio, que disfrutábamos del Japón más tradicional en Kioto.

La arquitectura tradicional japonesa se basa en la madera y la simplicidad. Exteriores ornamentados con interiores sencillos y llanos. La paz y tranquilidad que se respira en los templos y sus alrededores es asombroso… Buda se apodera de los visitantes en cuanto te acercas a él.

Chiaki nos enseña su casa en Nara, una ciudad cercana a Kioto.

Chiaki nos enseña su casa en Nara, una ciudad cercana a Kioto.

Y sin embargo, cruzar un paso de cebra de Shibuya, en Tokio, es vivir toda una experiencia de estímulos visuales, sonoros y olfativos. Demasiado para los sentidos!

Es el cruce más transitado del mundo.

La gastronomía es otro de los puntos de choque con nuestra cultura. Los sabores y la forma de cocinar los alimentos son muy distintos a los nuestros, de manera que los tiquismiquis lo tendrán complicado para comer a gusto en Japón. En nuestro caso, Andrea, mi compañera de viaje, y yo, nos inclinamos totalmente hacia el sushi. Para nosotras era la comida más conocida, los sabores que nos agradaban y la calidad del pescado en el país es increíblemente buena. Tierno y jugoso. Salivo solo de recordar el salmón, el atún rojo o los langostinos que hemos comido en las piezas de sushi. Y además, ¡resulta económico! Así que es altamente recomendable.

Plato de sushi en uno de los restaurantes cercanos al Mercado de Tsukiji. 2.500 yenes.

Otro de mis platos preferidos en Japón ha sido la sopa de Miso. Que además nos ha venido fenomenal para combatir el frío.

image0375

Riquísima la sopa de Miso con tofu casera 🙂

Pero desde luego, una de las cosas que ha hecho de este viaje una aventura divertida, sorprendente e irrepetible ha sido la compañía. Andrea y yo hemos formado un tándem perfecto de unión, compatibilidad y apoyo. Sin ella, yo no habría vivido esta experiencia, lo tengo bien claro. Así que desde aquí te doy las GRACIAS compañera, por darme la idea de este viaje, animarme a acompañarte, reírte con mis tonterías, despertarme en el metro para avisarme de que habíamos llegado a la parada, solucionar los problemas con tu gran dominio del inglés, hacerme cientos de fotos, dejarme el gorro de oso panda, buscar los alojamientos, y enseñarme el espíritu «couchsurfing» (del cual no hablo en este post porque merece una entrada exclusiva…). Por tu locura, alegría, paciencia, solidaridad y positivismo: GRACIAS 😉 Espero que hagamos muchos más viajes juntas (aunque primero necesito recuperar mi bolsillo, jejejeje!)

En el metro camino a la estación de Tokio tras vivir nuestra última noche #aslostintranslation.

En definitiva, Japón ha significado desconectar, compartir, disfrutar, descubrir, observar, escuchar, comunicar, conocer, sonreír, reír, reír a carcajadas, reír hasta que se saltan las lágrimas… Y todo ello en un entorno diferente en cada una de las ciudades que he podido visitar. Destaco por encima de todo a su gente. Creo que en ningún lugar del planeta voy a encontrar personas tan desinteresadas, hospitalarias y buenas como en Japón. Ojalá me equivoque, pero ya os digo que en España vamos con mucha desventaja con respecto a estos valores. Por desconfianza, miedo o desconocimiento, no sé…

Si queréis conocer más detalles de nuestro viaje, podéis hacerlo en twitter buscando el hastag #aslostintranslation . Este ha sido nuestro diario de un viaje inolvidable.

Espero que la nueva parada sea tan atractiva y espectacular como ésta. Si todo sale bien, será al menos productiva 😉

Y hasta aquí puedo leer…